Las gemelas han asesinado a su padre. Esa misma noche todos los colonos se sobresaltan, se revuelven. Ellas niegan saber quién apuñaló tan salvajemente al viejo. Todo es oscuro, las habitaciones son íntegramente de madera, las puertas son blancas y mohosas. Ese mismo día, pero en la tarde, será el funeral. Los colonos están de luto. Ellas lloran toda la mañana con sus amistades, familiares y demás íntimos. Por la tarde, a la hora del funeral, -todos de negro-, ellas se presentan en bikini.
Por la noche paseo por la casa de ellas, voy descendiendo. Doy varias vueltas antes de decidirme a tocar, sigo descendiendo. Unas escaleras al fondo de una calle que parece un pasillo. Desciendo a través de ellas. Llego a la casa de las gemelas. Hay un diablillo alado en el dintel del portón, vigilando la entrada. Salen las gemelas y yo pienso que a recibirme, pero sólo me dicen: lárgate, esto es el infierno.
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